martes, 13 de octubre de 1987
Cuando oigas en mi voz una frase
que tú ya conoces
porque me la dijiste alguna vez,
cuando veas mis labios temblar
como antaño en tu boca
temblaban de sed,
cuando mi mano acaricie la tuya
como antes tú hacías,
palpando mi ser,
cuando en mis ojos brille una lágrima
- que antes no había -
y bañe mi tez,
abrázame.
Abrázame fuerte y no dejes
que lo nuestro se escape.
Abrázame porque, entonces,
sabré si es verdad
lo que me dijiste,
lo que antes yo oía:
que tú me querías,
amor que siempre iba a durar.
13/10/87.
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