lunes, 19 de noviembre de 2012
Como estamos viviendo esta era de la información en directo y tenemos a nuestro alcance los medios y la tecnología para ser durante unos instantes el Gran Hermano, con ayuda de mi smartphone grabé ese momento en el que, más mal que bien, abrí el paquete que el transportista me trajo. Dentro, como ya sabéis, estaba el ferro.
Perdonad que lo diga yo, que soy la madre pero, ¡qué bonita es la
Perdonad que lo diga yo, que soy la madre pero, ¡qué bonita es la
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